domingo

ESPACIO PARA SER

 Extracto de “Momento de Cristo” de John Main OSB (Nueva York: Continuum, 1998, págs. 92-93.


Para conocernos y comprendernos a nosotros mismos, para situarnos a nosotros y nuestros problemas en perspectiva, simplemente debemos entrar en contacto con nuestro espíritu. Toda autocomprensión surge de entendernos a nosotros mismos como seres espirituales. Y es solo el contacto con el Espíritu Santo universal lo que nos da la profundidad y la amplitud para esa comprensión. El camino hacia esto es muy simple, pero requiere un serio compromiso.

El compromiso diario de la meditación es la forma de entrar en contacto con nuestro propio espíritu. Todo lo que tenemos que hacer es estar lo más quietos posible en cuerpo, mente y espíritu. Aprendemos a dejar ir nuestros pensamientos nuestras ideas y aprendemos a reposar en lo más profundo de nuestro propio ser.

¿Por qué es esto tan poderoso? Porque nos da el espacio que nuestro espíritu necesita para respirar, para expresarse. Nos da el espacio para ser nosotros mismos. Cuando meditamos, no necesitamos disculparnos con nosotros mismos, ni justificarnos. Todo lo que tenemos que hacer es ser quienes verdaderamente somos, aceptar el regalo de nuestro propio ser. Y en esa aceptación entramos en armonía con el Espíritu de Dios.

Carla Cooper

Traducido por WCCM España

sábado

JOHN MAIN, OSB. - ESCRITOS Y ENSEÑANZAS


La meditación te enseñará a ser paciente y fiel y te llevará a niveles más y más profundos del reino del silencio. En este silencio somos guiados al misterio del eterno silencio de Dios. Esto es precisamente lo que nos cuenta San Pablo al escribir a las personas comunes de Éfeso, personas que no eran tan distintas de nosotros:

 

   Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. Pues por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu. (1)

 

De esto precisamente trata la meditación – del acceso al Padre en el único Espíritu, el Espíritu que mora en tu corazón y en el mío, el Espíritu que es el Espíritu de Dios. La meditación cristiana es simplemente la apertura a este Espíritu, en las profundidades de nuestro ser, en plena simplicidad, humildad, y amor.

 

(1) Eph.2:17

 

Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 134.

Traducido por WCCM España

viernes

SEMINARIO WEB


Encontrarán toda la información en el sitio web https://wccm.org/events/meditationonthespectrum/.

Para  preguntas, en español póngase en contacto con enriquelavin@mail.com, que podrá ayudarle . Evento arancelado. Traducción simultánea al español. 

SABIDURIA DIARIA - 29 ABRIL, 2023


 

¿Cuánto tiempo va a llevar esto, este proceso de meditación? ¿Cuándo voy a ser iluminado? Muchos occidentales acuden a los maestros zen en busca de iluminación y, en particular, de iluminación repentina. Un maestro zen que conocí en Corea dijo: 'Vienen y piden el secreto de la iluminación repentina. Y dirán: “Simplemente no tengo tiempo para meditar. Debe haber una forma más rápida”. Él les dice: “Si lo supiera, yo mismo lo habría usado hace mucho tiempo”. Lo que está en cuestión aquí es la actitud, las ideas preconcebidas y el ego de estas personas que están demasiado ocupadas para meditar y, por supuesto, están dispuestas a pagar por ello: (...) Es importante quizás que entendamos dónde están. viniendo de – de una sociedad de consumo donde las cosas espirituales como la iluminación han sido mercantilizadas y convertidas en paquetes, algo que puedes adquirir, algo que puedas comprar. Simplemente encuentran que la meditación es un proceso demasiado largo, por lo que buscan la técnica más rápida.


(Ilustración de Laurence Freeman OSB)

SABIDURIA DIARIA - 28 ABRIL, 2023

 



(...) el primer nivel de conciencia que encontramos cuando meditamos, el primer paso del autoconocimiento es un poco chocante porque nos encontramos con que tenemos una capacidad de atención muy limitada. Y esto continúa durante unos 40 o 50 años. Descubrimos lo distraídos que estamos en ese primer nivel de atención. Y mucha gente deja de meditar inmediatamente. Ese es el primer nivel de conciencia que tenemos que enfrentar, es nuestro alto nivel de distracción. El segundo hilo que se relaciona con esto es, es más teológico, los niveles de conciencia, podríamos decir, bueno, así es como lo experimentamos psicológicamente. Pero teológicamente, vamos a ver el segundo nivel relacionado con él, que son los frutos del Espíritu. Y recuerda cuál es el primer fruto del Espíritu: el amor. Me gustaría que solo te llevaras un pensamiento: es la equivalencia de amor y atención. Ellos son la misma cosa. Prestar atención es amar. amar es prestar atención.


 ( Atención y amor 1 por Laurence Freeman )

lunes

MEDITACION CON NIÑOS


Como parte de una serie de talleres y charlas sobre la Meditación con niños y jóvenes, te invitamos al próximo encuentro a realizarse via ZOOM , 

En esta ocasión el taller será orientado a Escuelas Católicas y Parroquias (aunque pueden participar todos aquellos que deseen aprender a meditar con los más chicos),


Te pedimos que vayas reservando el SÁBADO 29 DE ABRIL  A LAS 10:30 am (hora Argentina) El encuentro dura aproximadamente una hora, no requiere experiencia previa en la Meditación, y es sin costo alguno. 


Para acceder al link del taller, lo único que debes hacer es enviar un mensaje al celular  (+54 9) 11 6812-4144 pidiendo el código de acceso para el ZOOM:

(Deseo participar del Taller de Meditación+Nombre y Apellido)


¡Te esperamos! Y agradecemos la difusión del encuentro.


WCCM MEDITANDO

 


domingo

PENSAMIENTOS DAÑINOS

 


Evagrio tenía profundos conocimientos psicológicos sobre el funcionamiento de la mente humana. Su consideración de que los conocimientos que surgen del análisis cuidadoso de los pensamientos son esenciales para el cambio y la transformación, es algo que solamente fue redescubierto en el siglo XIX por Freud y Jung. Actualmente es una hipótesis de trabajo comúnmente aceptada por la mayoría de los psicoterapeutas y psicoanalistas.

Muchos de los pensamientos de Evagrio podrían perfectamente estar incluidos en un manual moderno de psicoterapia.

En sus enseñanzas sobre la "observación de los pensamientos" hace la siguiente distinción de estos según su importancia: "Hay ocho categorías generales y básicas de pensamientos en las que se incluyen todos los demás. La primera categoría es la codicia, luego estarían la impureza, la avaricia, la tristeza, la ira, la pereza espiritual, la vanidad y, por último, el orgullo".

En un texto anterior se hablaba del “demonio de la acedia”, el tedio o pereza espiritual que nos trae pensamientos como: “¿y ahora qué? o “nunca pasa nada”, que nos tientan a dejar de perseverar en el camino de la meditación. Aunque muchos ya hemos conocido este demonio en nuestra práctica diaria, no se trata de uno de los más importantes. Los principales y los más dañinos son la gula, la avaricia y la búsqueda de estima: "De los demonios que obstaculizan la práctica de la vida ascética, hay tres grupos que luchan en primera línea: los que inclinan a la codicia, los que sugieren pensamientos avariciosos, y aquellos que nos incitan a buscar la vanagloria de los demás. El resto de demonios siguen a estos tres y acechan a las personas que ya están debilitados por ellos". ¡Es asombroso comprobar con qué facilidad se mueven estos “demonios” en nuestro mundo actual!

La “gula”, sería el que inicia los demás procesos y actúa sobre cualquier aspecto de nuestras vidas, no sólo en lo referente a la comida. Se considera una forma de apego obsesivo hacia todo cuanto tenemos: esto incluye nuestras habilidades físicas e intelectuales, el conocimiento y las posesiones materiales, por pocas que sean. Incluso podría extenderse a las relaciones sexuales, y por lo tanto, a la "falta de castidad". La "gula" se consideraba realmente como una actitud general de desenfreno. Por lo tanto, en la vida ascética podría aplicarse más al ayuno extremo que a ingerir demasiada comida. Por otra parte, existe el peligro de que esto, a su vez, pueda fácilmente llevarnos a ser gobernados por los demonios de la “vanidad” y del “orgullo”: el sacerdote Abba Isidoro decía: "Si ayunas regularmente, no te hinches de orgullo. Pero si te vanaglorias por ello, entonces es mejor que comas carne. Es preferible para un hombre comer carne que enorgullecerse y glorificarse a sí mismo por el hecho de no hacerlo".

La preocupación por la comida y el ayuno no solo podría llevarnos al "orgullo" sino también a la "avaricia". El asceta puede no estar dispuesto a romper su ayuno, compartiendo la comida con el hermano que se lo pidió, ante la preocupación por su salud, por no tener suficiente alimento. Al rechazar la petición, también rompió con la importante virtud de ofrecer hospitalidad.

La "tristeza" y la "ira" se consideran demonios relacionados. Con la palabra “tristeza” Evagrio no se refiere a una pena genuina o depresión, sino a la tristeza que surge cuando los deseos se frustran. Esto a menudo va acompañado de la "ira" en aquellos que tienen las habilidades o posesiones que anhelan los ascetas.

Los pensamientos desordenados y dañinos de "vanidad" y "orgullo" son considerados por Evagrio como los demonios más peligrosos, incluso cuando el asceta ya está bastante avanzado en el camino: "El espíritu de vanidad es más sutil y puede crecer fácilmente en las almas de aquellos que practican la virtud. Los lleva al deseo de difundir públicamente sus luchas y victorias y a perseguir la alabanza de los demás. El demonio del orgullo es la causa de la caída más dañina para el alma porque induce al monje a negar que Dios es quien le ayuda y se considera él mismo el autor único de la acción virtuosa”.

Esta forma discursiva de meditación, "observar los pensamientos", es un elemento esencial en el camino espiritual que nos lleva al autoconocimiento y, así, al conocimiento de la Presencia Divina.

Kim Nataraja

Traducido por WCCM España

JOHN MAIN, OSB. ESCRITOS Y ENSEÑANZAS

El lenguaje es muy débil para explicar la plenitud del misterio. Esta es la razón por la que el silencio absoluto de la meditación es tan importante. Procuramos no pensar en Dios, hablar con Dios o imaginarnos a Dios. Permanecemos maravillados en el silencio abiertos al silencio eterno de Dios. Descubrimos a través de la meditación, a través de la práctica diaria y de la experiencia que éste es el entorno que nos corresponde. Somos creados para que nuestro ser florezca y se expanda en este silencio eterno.


La palabra Silencio puede llegar a falsear la experiencia, y quizás frene a muchas personas, al sugerir una experiencia negativa por la privación del sonido y del lenguaje. Algunos temen que el silencio de la oración sea regresivo. Sin embargo, la experiencia y la tradición nos enseñan que el silencio de la oración no es un estado pre-lingüístico sino post-lingüístico en el que el lenguaje ya ha completado su función de ayudarnos a recorrer el reino de la consciencia mental.

El silencio eterno no se priva de nada y no nos priva de nada. Es el silencio del amor y de la aceptación ilimitada e incondicional. Descansamos ahí, con el Padre que nos invita a permanecer ahí, que ama vernos ahí, y que nos ha creado para estar ahí.

 

Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 126.

Traducido por WCCM España

martes

LA RESISTENCIA AL "EGO"

 


Hemos visto en lecturas anteriores cómo todos los demonios que describe Evagrio se derivan de nuestro miedo: miedo a no sobrevivir, concretamente, de nuestro miedo a la muerte. Desde el momento en que comenzamos a meditar, el 'ego' -nuestro rey de la supervivencia- entra en acción. Al ego no le gusta que entremos en el nivel del silencio donde nos encontraremos con el "yo verdadero", el Cristo interno, ya que estaremos fuera de su control absoluto.

Es el experto en supervivencia, la guardia de nuestro ser consciente y quiere mantenernos en su propia esfera de influencia. Es como un padre sobreprotector que desea mantener al niño seguro y cerca, sin permitir que se desarrolle y aprenda de forma independiente.

Sin embargo, para crecer necesitamos salir de la casa de nuestros padres y crear nuestro propio hogar. De la misma manera, cuando perseveramos en la práctica del silencio y nos sumergimos por debajo de las olas de los pensamientos, puede resultar inicialmente un proceso tan doloroso como lo es el abandono del hogar, aunque esto nos lleve a encontrar la paz y la alegría de llegar a nuestro verdadero hogar, a nuestro verdadero yo en Cristo. La razón por la cual el "ego" emplea estos juegos y se resiste firmemente a la atracción del silencio es porque teme el cambio; el cambio implica desarrollar tácticas diferentes de supervivencia. El “ego” ha pasado toda nuestra infancia perfeccionando nuestras respuestas al entorno para asegurar nuestra existencia continua y está “muy satisfecho” de que continuemos haciéndolo así. Pero hemos visto cómo la mayoría de nuestras respuestas habituales están desactualizadas.

Cuando tratamos de sumergirnos en el silencio, el "ego" aumentará la conciencia de los pensamientos como una barrera que nos impida profundizar. Su “loca danza” está destinada a llevarnos a la distracción y a la desesperación, de manera que acabemos convenciéndonos de que la meditación no está hecha para nosotros. Sin embargo, si perseveramos, aparecerán brechas entre nuestros pensamientos, como puertas para acceder al silencio. A veces, incluso la paz y el silencio que alcanzamos se convierten en una nueva forma de que el "ego" nos tiente a soltar el mantra. Corremos el riesgo de creer que el mantra perturba la paz después de haber estado en un momento sereno y agradable. Esto es lo que se conoce con el nombre de "paz perniciosa". Entonces tendemos a olvidarnos del mundo, de nosotros mismos y de nuestro viaje. Y así, una vez más, el "ego" ha conseguido obstaculizar nuestro progreso.

Y entonces, cuando logramos mantener el mantra, el "ego" nos susurrará: ¿no es esto realmente aburrido, repetir únicamente una palabra? No te sientes ahí, ¡haz algo! El ego quiere que nos vayamos y nos olvidemos de este viaje y sigamos en nuestra actividad frenética de diversión y trabajo. Sin embargo, la meditación es una disciplina que va en contra de todo lo establecido cultural y socialmente, que nos pide que hagamos lo contrario: siéntate ahí, en silencio. Se nos anima a permanecer fieles a una sola cosa.

Si aún encontrándonos con todas estas dificultades, continuamos meditando, el "ego" podría intentar una estrategia diferente, aprovechándose de nuestra necesidad de diversidad y novedad, haciéndonos considerar cuestiones como estas: ¿estás seguro de que éste es el método correcto o el mantra correcto?; ¿no deberías cambiar tu mantra? Al incitarnos a un cambio, el "ego" se está asegurando de que no vayamos a ninguna parte. Y, si cedemos, entramos en una búsqueda inquietante evitando el verdadero trabajo de tomar conciencia y despertar a la auténtica realidad.

El pensamiento “autocomplaciente” de que deberíamos hacer algo útil por los demás aparece con frecuencia. Y ésta es a menudo una de las acusaciones que se ha lanzado a los contemplativos de todos los tiempos. Recordemos la historia de Marta y María. Sin embargo, sólo podremos ayudar verdaderamente a los demás cuando nuestro “ego” haya sido sanado y nuestro “verdadero ser” guíe todas nuestras acciones: "Adquiere paz interior y miles a tu alrededor encontrarán la salvación" (San Serafín de Sarov).

 

Kim Nataraja

Traducido por WCCM España

 

EL MIEDO A LA MUERTE

Extracto del libro de Laurence Freeman OSB, “The Selfless Self” (Londres: Darton, Longman, Todd, 1989), págs. 129-131.


Solemos evitar el presente, ya sea viviendo en el pasado o creándonos un mundo de fantasías. Pero cuando estamos meditando, la repetición del mantra elimina estas dos opciones o vías de escape.  En la meditación no hay ningún lugar a donde ir, excepto a estar aquí. El mantra nos conduce en una única dirección, hacia nuestro centro. Es un camino angosto, pero es el camino de la verdad. Conforme seguimos el camino del mantra, aprendiendo a decirlo con valor y humildad, somos conducidos por ese camino en el que va muriendo dentro de nosotros todo aquello que nos impide tener una vida plena. Morimos todos los días en la fe y ésta es la preparación suprema para cuando llegue la hora de nuestra muerte. Pero como forma de morir en la fe nos lleva inevitablemente a confrontar dos fuerzas muy poderosas que debemos estar preparados a afrontar: son las fuerzas del miedo y la ira.

Y la ira y el miedo de donde surge, es precisamente, todo lo que no es la meditación. La ira más intensa procede de nuestro miedo más profundo a la muerte. Aunque también proviene de otras numerosas fuentes secundarias, de todo aquello que ha ido configurando nuestra historia psicológica. Lo realmente importante es que, en la meditación, vamos desaprendiendo. Lo importante es que el amor generoso y activo con el que pronunciamos el mantra expulsa de nuestro corazón el miedo y la ira.

Carla Cooper

Traducido por WCCM España

 

lunes

ENCUENTRO EN PCIA. DE CORDOBA

 

Te invitamos a compartir un Encuentro de Oración, Silencio y Reflexión el sábado 22 de Abril de 10:30 hs. a 17.00 hs.
Dirigido a meditadores y personas que deseen descubrir este camino.
El costo por persona es de $1.000,- por el uso de las Instalaciones del Convento
Llevar: 
*Biblia, cuaderno y lápiz. 
*Café/Mate y Almuerzo a la canasta ( cada uno lleva algo para compartir )
*Invita a un amigo.


Los esperamos!!! Muchas gracias!!!    
           

GRUPO PARA DOCENTES Y PADRES

 

viernes

LA MEDITACION COMO CAMINO DE AUTOCONOCIMIENTO


 

Según Evagrio, la forma de identificar nuestros "demonios" personales debe seguir un doble camino: por un lado, mediante la oración/meditación y, por otro, a través del esfuerzo por alcanzar el autoconocimiento y la conciencia. Aquí juega un papel importante "la observación de los pensamientos": "Si hay algún monje (ser humano) que desee medir y afrontar sus demonios más feroces, entonces déjele vigilar cuidadosamente sus pensamientos. Deje que él observe y conozca bien la complejidad de sus pensamientos, los demonios que los causan. Luego, permita que le pida a Cristo una explicación de lo que ha observado".

Los pensamientos no son malos en sí mismos, por supuesto; tienen que distinguirse de los "demonios" o "malos pensamientos", como Evagrio también los llamó. Sólo cuando un pensamiento o deseo resuena fuertemente con un patrón de pensamiento negativo puede el "demonio" ejercer su influencia. Esto da como resultado que la energía emocional normal se vuelva "demoníaca" y entonces somos conducidos malignamente a una acción o comportamiento dañino.

Necesitamos prestar a todos estos reveladores pensamientos y a sus asociaciones la atención que merecen. Son los únicos indicadores que tenemos para conocer qué es realmente lo que nos motiva para obrar bien o mal. Sin embargo, lo que refiere Evagrio en la última frase es lo más importante. No podemos alcanzar el entendimiento y encontrar la sanación por nuestra cuenta. Las explicaciones racionales no son suficientes. Es sólo la guía de Cristo resucitado la que nos ayuda a llegar a la conciencia y al auténtico discernimiento.

Para ello existen dos formas de oración: la oración profunda y silenciosa y la oración discursiva. El silencio de la oración pura nos permite escuchar en el centro de nuestro ser la voz sosegada del Cristo resucitado, el sanador. La percepción, el don de la oración pura, necesita ser reflejada en otros momentos en la oración discursiva, lo que Evagrio describe como “observar los pensamientos”. Comenzamos observando los pensamientos recurrentes que pasan por nuestra mente y vamos tomando conciencia de las conexiones y asociaciones que hay entre ellos. Entonces tenemos que retroceder un paso hacia la sensación que subyace en cada pensamiento. Los sentimientos son pensamientos que sentimos en nuestro cuerpo antes de darles forma en la mente.

La dificultad surge de que estamos condicionados a ignorar nuestros sentimientos debido a su naturaleza aparentemente irracional. Sin embargo, son la primera indicación de que tenemos algo conmovedor en nuestra profundidad inconsciente. Por tanto necesitamos tomar conciencia y reconocer nuestros sentimientos en lugar de reprimirlos. Antes de que seamos conscientes de un sentimiento, según Evagrio, a menudo experimentamos una sensación de algún tipo: un leve sonido, un ligero cambio en la intensidad de la luz y, a veces, un determinado sabor u olor.

Tan pronto como tengamos conciencia de un sentimiento deberíamos preguntarnos si tiene origen en alguna emoción fuerte, un "demonio" en nuestro inconsciente personal: ¿qué recuerdos se están aprovechando de ese sentimiento para condicionarnos? Esta situación actual, ¿desencadena sentimientos del pasado?; ¿me siento falto de amor?, ¿inseguro?, ¿menospreciado?, ¿frustrado? Reconocer esto nos ayuda a obtener una idea de nuestras motivaciones y nos ayuda a adaptar nuestras acciones de manera apropiada, dirigidas solamente hacia las necesidades de la situación actual, en lugar de verse reforzadas con las emociones de experiencias del pasado.

Quizá estés preguntándote, y ¿qué tiene que ver esto con la meditación?  Pues la meditación es de suma importancia en todo este proceso. Como dice Laurence Freeman en su libro “Jesús, el Maestro Interior”: "Por meditación me refiero no sólo al trabajo de la oración pura, sino a todo el proceso vital de autoconocimiento al que conduce".

Estos "demonios" están bloqueando el camino al verdadero autoconocimiento que nos conduce a la transformación de nuestro ser, a la totalidad, a una forma diferente de ver la realidad, la cual nos abre la puerta al conocimiento de la Realidad Divina.

Kim Nataraja

Traducido por WCCM España

JOHN MAIN OSB, ESCRITOS Y ENSEÑANZAS


No hay nada más necesario y urgente que hombres y mujeres arraigados en su centro, seguros de su ser, seguros de su propia capacidad para hacer el bien, y de su propia capacidad para amar y para ser amado. Para alcanzar esta seguridad nos hace falta sentirnos uno con nosotros mismos y sentarnos a meditar cada mañana y cada tarde. Una vez que estemos entroncados y en quietud, comenzaremos nuestra próxima gran tarea de aprender a estar atentos al misterio central de la creación y a vivir en armonía con este misterio.

¿Qué quiere decir estar vivos? Ciertamente, es una consciencia de nuestro ser, una consciencia que se ve intensificada con la consciencia del ser del prójimo, con la consciencia del ser de toda la creación, y con la consciencia del ser de Dios. Nuestra vida empieza a alcanzar su plenitud humana, su punto de profundidad cuando empezamos a darnos cuenta de que el ser es amor. Cada uno de nosotros rebosa en amor y en deseo de ser amado. La meditación es el proceso que nos permite entrar plenamente en este misterio de amor.

 

Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 149.

Traducido por WCCM España

jueves

ENCUENTRO EN PCIA. DE CORDOBA

 

JOHN MAIN OSB, ESCRITOS Y ENSEÑANZAS

El arte de la meditación es el arte de aprender a recitar tu mantra, aprender a dejarlo volar en tu corazón de tal forma que resuene en las profundidades de tu ser constantemente y se convierta en un punto centrante de estabilidad. La riqueza de la visión Cristiana de la oración, de la meditación, de ser es que únicamente en las profundidades de nosotros mismos podemos encontrar el misterio de Dios.


 

El camino de la meditación es un camino de la no violencia. Así, el arte de recitar el mantra requiere de delicadeza y fortaleza más que de pura fuerza. Nos faltan estas dos cualidades para aprender a recitar el mantra. Tenemos que aprender a soltar nuestros pensamientos, planes, ideas e imágenes en momentos fáciles y en momentos difíciles, cuando sale el sol, y cuando llueve.

 

Así, aprendemos a aproximarnos a cada meditación con una frescura de espíritu. Cada meditación es un nuevo comienzo, un fresco partir en el peregrinaje más allá de nosotros mismos, mas allá de nuestras limitaciones, hacia la maravilla de Dios. Lo que procuramos hacer cuando meditamos es sencillamente recitar nuestro mantra tan fiel y generosamente como podamos.


Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 299.

Traducido por WCCM España

Un extracto de Laurence Freeman, OSB, "Queridos amigos", Boletín de Meditación Cristiana, vol. 33, No. 3, septiembre de 2009, págs. 4, 5, 6.



Aprender a callar implica desviar la atención de nosotros mismos, al menos en la forma en que habitualmente y compulsivamente estamos pensando en nosotros mismos, mirando por encima del hombro o mirando al horizonte. 
¿Qué tengo que hacer? ¿Soy un fracaso o un éxito? ¿Qué piensa la gente de mí?

Tales preguntas normalmente determinan nuestras decisiones y nuestros patrones de crecimiento o declive. Cada pregunta surge de un sentido de autoobjetivación del yo, que tiene, por supuesto, un papel pragmático necesario que desempeñar en la vida. … Pero muy fácilmente estas preguntas pueden convertirse en la mentalidad dominante a partir de la cual vivimos todo el tiempo. Nos convertimos en sus esclavos. Cómo nos vemos a nosotros mismos (con el ego como una cámara de seguridad en funcionamiento continuo captando cada palabra y gesto) y cómo nos ven los demás (la sensación de ser evaluados y encontrados deficientes) ha generado, con la ayuda de los medios, una obsesión cultural con uno mismo. -imagen. Sin control ni modificación, destruye la confianza en el verdadero yo que nos permite arriesgarnos y darnos, en otras palabras, vivir. [. .]

Durante una visita a Noruega, . Nadé, un día glorioso, en un fiordo de Oslo. Como no me gusta el agua fría, la probé con el dedo del pie y la encontré demasiado fría para mi gusto. Pero avergonzado por la valentía de mi compañero vikingo que ya había saltado, me armé de valor y lo seguí. El frío me abrió la mente, una agonía momentánea, pero luego, mientras nadaba y la temperatura de mi cuerpo se regulaba, finalmente se volvió delicioso.

Todos tenemos miedo de saltar; encontramos excusas para evitar la quietud sentada y huir del silencio del amanecer. Pero cuando nos quedamos en silencio, la vida se abre con una frescura y un patetismo que es la energía de la vida de Cristo. En un instante comienzan a desmoronarse los miedos, los prejuicios y las prisiones autoconstruidas de la condición humana. Entrar en el aposento interior, como nos dice Jesús, es una forma de decirlo. Pero cuando entramos en esta habitación, descubrimos que nos estamos moviendo a través del espacio sin límites.