jueves

JOHN MAIN OSB - ESCRITOS Y ENSEÑANZAS


 La meditación requiere generosidad porque lo exige todo. Exige el abandono del deseo y de desear y, de manera positiva, exige una apertura generosa al destino que Dios tiene para nosotros, a Su plan para nosotros, a Su amor por nosotros. Lo que descubres en la meditación es precisamente eso: Su amor por ti.

Muchas personas, cuando oyen hablar sobre la meditación por primera vez, piensan que es algo extraordinariamente seco, intelectual, sin emociones ni afecto. Pero no es ninguna de esas cosas. Es un compromiso y una apertura al amor infinito. Este amor es una poderosa fuente que brota en tu corazón.

El mantra es como la aguja de una brújula. Siempre te dirige hacia el destino que te corresponde. Siempre señala la dirección verdadera que debes seguir, alejándote del ego y acercándote a Dios, y, aunque tu ego te lleve por otros caminos, la brújula siempre es fiel en la dirección que te indica. El mantra, si lo dices con generosidad, con fidelidad y con amor, siempre te señalará la dirección hacia Dios, y solo en Dios puede revelarse nuestro verdadero destino.

Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 46

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