Francis Thompson (1859 - 1907)
El Lebrel del Cielo
(fragmento)
Le huía noche y día
a través de los arcos de los años,
y le huía a porfía
por entre los tortuosos aledaños
de mi alma, y me cubría
con la niebla del llanto
o con la carcajada, como un manto.
He escalado esperanzas,
me he hundido en el abismo deleznable,
para huir de los Pasos que me alcanzan:
persecución sin prisa, imperturbable,
inminencia prevista y sin contraste.
Los oigo resonar... y aún más fuerte
una Voz que me advierte:
- "Todo te deja, porque me dejaste".
Golpeaba las ventanas
que ofrecen al proscrito sus encantos
y temblando de espanto
pensaba que el Amor que me persigue,
si al final me consigue,
no dejará brillar más que su llama;
y si alguna ventana se entreabría,
el soplo de su acceso la cerraba.
El miedo no alcanzaba
a huir cuanto el Amor me perseguía.
Me evadí de este mundo;
violé la puerta de oro de los cielos,
pidiendo amparo a sus sonoros velos,
y arranqué notas dulces y un profundo
rumor de plata al astro plateado.
Al alba dije "Ven”; "ven", a la tarde,
"escondedme de aqueste Enamorado
de miedo que me aguarde".
...........................................
Pedí volar a todo lo ligero,
asiéndome a las crines del pampero,
y aunque se deslizaba
por la azul lejanía,
y el trueno hacía resonar su carro,
y zapateaba el rayo,
el miedo no alcanzaba
a huir cuanto el Amor me perseguía.
Persecución sin prisa, imperturbable,
majestuosa inminencia. En las veredas
dejan los Pasos que la Voz me hable:
- "Nada te hospedará si no me hospedas."
Ya no busco mi sueño interrogando
un rostro de hombre o de mujer, mas quedan
los ojos de los niños esperando:
hay algo en ellos para mí de veras.
Y cuando mi ansiedad se prometía
el dulce despertar de una respuesta,
los ángeles venían
y los llevaban por la senda opuesta.
"Venid (clamaba), dadme la frescura
de la Naturaleza
que guardan vuestros labios de pureza;
dejadme juguetear en las alturas;
habitar el palacio
azul de vuestra madre, cuyas trenzas
vagan por el espacio,
y beber como un llanto de ambrosía
el rocío del día."
Y al fin lo conseguí: fui recibido
en su dulce amistad, y abrí el sentido
de los matices de la faz del cielo,
de la nube naciente entre los velos
de la espuma del mar. Nací con ella
para morir con todo lo escondido.
Me conformé a sus huellas.
Supe caer cuando la tarde cae
al encender sus lámparas de duelo,
y reír con la aurora de ojos suaves,
y llorar con la lluvia de los cielos,
y hacer mi corazón del sol gemelo.
Pero ¡qué inútilmente!
Imposible entender lo que otro siente.
Las cosas hablan un lenguaje arcano,
incomprensible; es un silencio vano
para mi inteligencia. Aunque pudiera
prenderme de sus pechos como un niño,
seguiría mi sed de otro cariño.
Y noche a noche afuera
oigo los Pasos que me dan alcance
con medida carrera,
deliberado avance,
majestad inminente,
que deja oír la Voz de la otra parte:
- "Nada podrá llegar a contentarte
mientras no me contentes."
Espero el golpe de tu amor, inerme.
Pieza a pieza rompiste mi armadura.
De rodillas estoy, y dudo al verme
despierto y despojado.
La fuerza juvenil de mi locura
sacudió las columnas de las horas,
y mi vida es un templo desplomado;
montón de años, multitud de escombros
el ayer y el ahora.
Los sueños mismos se han evaporado,
y mis días son polvo.
Las fantasías con que ataba el mundo
me abandonan: son cuerdas muy delgadas
para alzar una tierra recargada
por el dolor profundo.
¡Ay! que tu amor es hierba de dolores
que sólo deja florecer sus flores.
¡Oh imaginero eterno, es suficiente!
Tú quemas el carbón con que dibujas.
Mi juventud es fuga de burbujas;
mi corazón la fuente
quebrada,
donde no queda nada
del llanto de mi mente.
¡Sea! mas ¿qué amargura
si la pulpa es amarga, me deparan
las heces? Lo vislumbro en la fisura
del telón de las nubes que rasgara
el sonar de las trompas celestiales.
Aun sin poder reconocer sus reales,
su púrpura, su cetro, su guarida,
le conozco y le entiendo. Se apresura;
quiere mi corazón, quiere mi vida,
quiere mi podredumbre,
quiere mi oscuridad para su lumbre.
Ya la persecución está lograda.
Y la Voz como un mar en torno fluye:
- "¿Crees que la tierra gime destrozada?
Todo te huye, porque tú me huyes."
...................................................
- "Lo que tú crees perdido está en mi casa:
levántate, toma mi mano y pasa."
Los Pasos se han quedado junto al vano.
Acaso ¡oh tú, tiniebla que me ofusca
seas sólo la sombra de Su mano!
- "Oh loco, ciego, enfermo que te abrasas,
pues buscas el amor, a mí me buscas,
y lo rechazas cuando me rechazas."
**********************
THOMAS MERTON (1915-1968) Monje trapense y escritor espiritual.
Mi Señor Dios, no tengo ni idea de adónde voy.
No veo el camino delante de mí. Tampoco es que me
conozco realmente.
Y el hecho de que creo que estoy siguiendo tu
voluntad
No quiere decir que en realidad lo estoy haciendo.
Pero creo que el deseo de complacerte
tiene, de hecho, tu agrado.
Y espero que nunca voy a hacer nada aparte de ese
deseo.
Y sé que si hago esto,
Me vas a llevar por el buen camino
aunque yo nada sepa al respecto.
Por lo tanto voy a confiar en ti siempre
aunque pueda parecer que estoy perdido y a la
sombra de la muerte
no temeré porque tú eres siempre estás conmigo.
Y nunca me dejarás hacer frente a mis problemas
solo.
*************************
San Agustín (354-430)
Doctor de la Iglesia
¡Tarde te amé!
¡Tarde
te amé, hermosura siempre antigua y siempre nueva!
Tarde
te amé. Tú estabas dentro de mí, pero yo andaba fuera de mí mismo,
y allá
afuera te andaba buscando.
Me
lanzaba todo entre las hermosuras que tú creaste.
Tú
estabas conmigo, pero yo no estaba contigo;
me
retenían lejos de ti cosas que no existirían si no existieran en ti.
Pero
tú me llamaste, y más tarde me gritaste, hasta romper finalmente mi sordera.
Con tu
fulgor espléndido pusiste en fuga mi ceguera.
Tu
fragancia penetró en mi respiración y ahora suspiro por ti.
Gusté
tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed de ese gusto.
Me
tocaste, y con tu tacto me encendiste en tu paz.
Confesiones, libro X, Cap. XXVII.
*************************************
Beato Raimundo Lulio (en catalán: Ramon Llull,
1232-1315)
Laico vinculado a los franciscanos, fue filósofo,
teólogo, místico, poeta y misionero.
LIBRO DEL AMIGO Y DEL AMADO
El pájaro cantaba en el huerto del Amado. Viene el
amante y dice al pájaro: "Si no podemos entendernos el uno al otro a
través del lenguaje, deja que nos entendamos el uno al otro a través del amor,
porque en tu canto mi Amado se aparece a mis ojos".
*****************************************
Santa Teresa de Jesús (1515-1582)
Doctora de la Iglesia
Nada te turbe
Nada
turbe,
nada
te espante,
todo
se pasa,
Dios
no se muda;
la
paciencia
todo
lo alcanza;
quien
a Dios tiene
nada
le falta:
sólo
Dios basta.
Eleva tu pensamiento,
al
cielo sube,
por
nada te acongojes,
nada
te turbe.
A Jesucristo sigue
con
pecho grande,
y,
venga lo que venga,
nada
te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es
gloria vana;
nada
tiene de estable,
todo
se pasa.
Aspira a lo celeste,
que
siempre dura;
fiel y
rico en promesas,
Dios
no se muda.
Ámala cual merece
bondad
inmensa;
pero
no hay amor fino
sin la
paciencia.
Confianza y fe viva
mantenga
el alma,
que
quien cree y espera
todo
lo alcanza.
Del infierno acosado
aunque
se viere,
burlará
sus furores
quien
a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
cruces,
desgracias;
siendo
Dios tu tesoro
nada
te falta.
Id, pues, bienes del mundo;
id
dichas vanas;
aunque
todo lo pierda,
sólo
Dios basta.
*****************************
Alma,
buscarte has en Mí
Alma, buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.
De tal suerte pudo amor,
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.
Fuiste por amor criada
herrmosa, bella, y así
en mis entrañas pintada
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí.
Que yo sé que te hallarás
en mi pecho retratada,
y tan al vivo sacada,
que si te ves te holgarás,
viéndote tan bien pintada.
Y si acaso no supieres
dónde ma hallarás a Mí,
no andes de aquí para allí,
sino, si hallarme quisieres,
a Mí buscarme has en ti.
Porque tú eres mi aposento,
eres mi casa y morada,
y así llamo en cualquier tiempo
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.
Fuera de ti no hay buscarme,
porque para hallarme a Mí
bastará solo llamarme,
que a ti iré sin tardarme
y a Mí buscarme has en ti.
Alma, buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.
De tal suerte pudo amor,
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.
Fuiste por amor criada
herrmosa, bella, y así
en mis entrañas pintada
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí.
Que yo sé que te hallarás
en mi pecho retratada,
y tan al vivo sacada,
que si te ves te holgarás,
viéndote tan bien pintada.
Y si acaso no supieres
dónde ma hallarás a Mí,
no andes de aquí para allí,
sino, si hallarme quisieres,
a Mí buscarme has en ti.
Porque tú eres mi aposento,
eres mi casa y morada,
y así llamo en cualquier tiempo
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.
Fuera de ti no hay buscarme,
porque para hallarme a Mí
bastará solo llamarme,
que a ti iré sin tardarme
y a Mí buscarme has en ti.
*******************************
Beato Cardenal John
Henry Newman
(1801 - 1890)
Poema inicial del libro autobiográfico Perder y
ganar
Guíame, bondadosa Luz
Guíame, bondadosa Luz, entre tanta tiniebla espesa,
¡
llévame tú!
Estoy
lejos de casa, es noche oscura y densa,
¡
llévame tú!
Guarda
mis pasos; no pido ver
confines
ni horizontes; solo un paso más me basta.
Yo antes no era así,
jamás
pensé en que tú me llevaras.
Me encantaba elegir y ver mi camino, pero ahora
¡
llévame tú !
Yo amaba el resplandor fascinante de la vida, y aún con temor,
el
orgullo me sedujo: no recuerdes ese pasado.
Si me has librado ahora con tu amor, es que tu Luz
me
seguirá guiando entre páramos y ciénagas,
despeñaderos
y torrentes, hasta que la noche huya
y con
el alba, estalle la sonrisa de los ángeles
la que
perdí, la que anhelo desde siempre.
**************************
Hadewijch de Amberes (siglo XIII)
Fragmentos de Poemas
Poco sabemos de la vida de esta mujer y escasos son
los datos que nos ofrecen sus escritos: Visiones, Cartas y Poemas. Su actividad
literaria parece haberse desarrollado entre los años 1220 y 1240. En sus Cartas
y en alguno de sus Poemas aparece como "maestra" de un grupo no
organizado de mujeres, amigas muy queridas. Fue predecesora de Eckhardt y de la
mística renana y en su obra se encuentran las dos grandes tendencias de la
mística: la llamada "mística nupcial" y la "mística de la esencia".
Hadewijch es considerada la primera gran escritora en lengua flamenca y
reconocida como una de las mejores poetas en esta lengua.
Textos tomados de El lenguaje del deseo. Poemas de Hadewijch de Amberes, edición y traducción de María Tabuyo.
Lentos en satisfacerle,
permanecemos
ajenos al Amor.
Y ahí
está nuestra miseria. ¡Ah! Sabedlo todos,
quien
sin cobardía supiera complacerle
tendría
su reino y todos sus tesoros.
*********************
Tan
pronto humillado, tan pronto exaltado,
oculto
ahora, revelado después;
para
ser colmada por Amor un día
hay
que correr riesgos y aventuras
hasta
alcanzar
el
punto en que se degusta
la
pura esencia de Amor.
Tan pronto ligero, tan pronto pesado,
oscuro
ahora, claro después;
en la
dulce paz, en la asfixiante angustia
dando
y recibiendo,
esa es
la vida de aquellos
que se
pierden
en los
caminos del Amor.
*******************
Quien
por la senda del Amor se adentra,
que
con fidelidad se entregue
a toda
obra de bondad
en
honor del único Amor,
a
quien sirve, y toda su vida mantenga
su
elección sublime.
Del mismo Amor recibirá
la
fuerza que le falta
y el
fruto de su deseo.
Pues Amor jamás puede
rechazar
a quien le ama;
da más
de lo que se espera
y de
lo que él mismo hizo esperar.
****************************************
George Herbert (1593-1633)
EL AMOR
El Amor me dio la bienvenida,
pero
mi alma se apartó
culpable
de polvo y de pecado.
Pero atento, el Amor,
al
observar mi entrada vacilante
se
acercó hasta mí,
preguntando
con dulzura
qué
necesitaba.
“Un huésped – respondí –
digno
de estar aquí”.
El
Amor dijo: “Tú lo serás”.
-
“¿Yo, el cruel, el desagradecido?
Ah,
Dios mío, no puedo ni siquiera mirarte”.
El Amor tomó mi mano y sonriendo replicó:
-
“¿Quién hizo tus ojos si no fui yo?”
- “Es
verdad, Señor, pero los he dañado.
Deja
que mi vergüenza vaya donde merece”.
- “¿Acaso no sabes – dijo el Amor –
quién
cargó con la culpa?”
-
“Querido mío, entonces te serviré”.
-
“Sólo debes sentarte – dijo el Amor –
y
probar mi carne”.
Entonces
me senté y comí.
************************
S. Juan de la Cruz (1542-1591) Doctor de la Iglesia
Noche oscura
En una
noche oscura
con
ansias, en amores inflamada,
¡oh
dichosa ventura!
salí
sin ser notada,
estando
ya mi casa sosegada.
A oscuras, y segura
por la
secreta escala disfrazada,
¡oh
dichosa ventura!
a
oscuras, y en celada,
estando
ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa
en
secreto, que nadie me veía,
ni yo
miraba cosa,
sin
otra luz y guía,
sino
la que en el corazón ardía.
Aquesta me guiaba
más
cierto que la luz del mediodía
a
donde me esperaba
quien
yo bien me sabía,
en
parte donde nadie parecía.
¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh
noche amable más que la alborada!
¡Oh
noche que juntaste
Amado
con Amada,
Amada
en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que
entero para él sólo se guardaba,
allí
quedó dormido,
y yo
le regalaba,
y el
ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando
yo sus cabellos esparcía,
con su
mano serena
en mi
cuello hería
y
todos mis sentidos suspendía.
Quédeme, y olvidéme,
el
rostro recliné sobre el Amado,
cesó
todo, y dejéme,
dejando
mi cuidado
entre
las azucenas olvidado.
****************************
Félix Lope de Vega y Carpio
¿Qué tengo yo...?
Lope de Vega (1562-1635)
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras
qué
interés se te sigue, Jesús mío
que a
mi puerta cubierto de rocío
pasas
las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras
pues
no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de
mi ingratitud el hielo frío
secó
las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
"Alma,
asómate ahora a la ventana,
verás
con cuánto amor llamar porfía!"
Y cuántas, hermosura soberana
"Mañana
le abriremos" respondía
para
lo mismo responder mañana!
*************************
Amado Nervo (1870-1919)
Le tienes
Pues busco, debo encontrar.
Pues llamo,
débeme abrir.
Pues
pido, me deben dar.
Pues
amo, débeme amar
Aquel
que me hizo vivir.
¿Calla? Un día me hablará.
¿me
pone a prueba? Soy fiel.
¿Pasa?
No lejos irá;
pues
tiene alas mi alma, y va
volando
detrás de Él.
Es poderoso, mas no
podrá
mi amor esquivar.
Invisible se volvió,
mas
ojos de lince yo
tengo
y le habré de mirar.
Alma, sigue hasta el final
en pos
del Bien de los bienes,
y
consuélate en tu mal
pensando
como Pascal:
"¿Le
buscas? ¡Es que le tienes!"
***********************************
Madeleine Delbrel (1904-1964)
Poema sobre las bienaventuranzas
Alegrías procedentes de la montaña (fragmentos)
Ya que
las palabras, Dios mío, no están hechas
para
permanecer inertes en nuestros libros
sino
para poseernos y recorrer el mundo en nosotros,
permite
que de esta hoguera de alegría
que tú
encendiste antaño sobre una montaña,
que de
esta lección de felicidad,
sus
chispas nos alcancen y nos penetren,
nos
rodeen y nos invadan;
haz
que, habitados por ellas,
“como
chispas en los rastrojos”
recorramos
las calles de la ciudad,
marchemos
junto a la oleada de la multitud
contagiando
felicidad,
contagiando
alegría.
……………………………………
En el
tropel sin rostro
haz
pasar nuestra alegría ensimismada,
más
clamorosa que los gritos
de los
vendedores de periódicos.
……………………………………………
Bienaventurados
los pobres de espíritu
porque
de ellos es el Reino de los Cielos.
Ser pobre no es interesante:
todos
los pobres son de esa opinión.
Lo
interesante es poseer el Reino de los Cielos,
pero
solo los pobres lo poseen.
Así que no penséis que nuestra alegría consiste
en
pasar nuestros días vaciando nuestras manos,
nuestras
cabezas, nuestros corazones…
Nuestra alegría consiste en pasar nuestros días
haciendo
sitio en nuestras manos,
nuestras
cabezas y nuestros corazones
al
Reino de los Cielos que pasa.
Pues es asombroso saberlo tan próximo,
saber
que Dios está tan cerca de nosotros;
es
prodigioso saber que su amor es posible
de tal
manera en nosotros y sobre nosotros.
…………………………………………………………….
Cuando,
empobrecidos del todo
lo
único que podáis ver en el mundo…
sea en
vosotros una indigencia sin fachada,
pensad
en esos ojos de sombra
abiertos
en el centro de vuestra alma,
fijos
en cosas inefables,
porque
vuestro es el Reino de los Cielos.
**************************************
Teresa de Lisieux (“Santa Teresita del Niño Jesús”)
(1873-1897) Doctora de la Iglesia
Mi canto de hoy
Mi vida es un instante, una efímera hora
momento
que se evade y que huye veloz.
Para
amarte, Dios mío, en esta pobre tierra
no
tengo más que un día:
¡solo
el día de hoy!
¡Oh Jesús! Yo te amo, a ti tiende mi alma…
Sé por
un solo día mi dulce protección,
ven y
reina en mi pecho, ábreme tu sonrisa
¡nada
más que por hoy!
¿Qué me importa que en sombras esté envuelto el futuro?
Nada
puedo pedirte, Señor, para mañana.
Conserva
mi alma pura, cúbreme con tu sombra
¡nada
más que por hoy!
Si pienso en el mañana, me asusta mi inconstancia,
siento
nacer tristeza, tedio en mi corazón.
Pero
acepto la prueba, acepto el sufrimiento
¡nada
más que por hoy!
¡Oh Piloto divino, cuya mano me guía!
En la
ribera eterna pronto te veré yo.
Por el
mar borrascoso gobierna en paz mi barca
¡nada
más que por hoy!
Cerca yo de tu pecho, olvidada de todo,
no
temo ya las flechas, los dardos enemigos.
Hazme
un sitio en tu pecho, un sitio, Jesús mío
¡nada
más que por hoy!
Úneme a ti, Dios mío, viña santa y sagrada,
y mi
débil sarmiento dará su fruto bueno
y yo
podré ofrecerte un racimo dorado,
¡oh
Señor, desde hoy!
……………………………………………..
A mi Jesús deseo ver sin velo, sin nubes.
Mientras
tanto, aquí abajo muy cerca de él estoy.
Su
adorable semblante se mantendrá escondido
¡nada
más que por hoy!
Yo volaré muy pronto para ensalzar sus glorias
cuando
el día sin noche se abra a mi corazón.
Entonces,
con la lira de los ángeles puros
¡yo
cantaré el ETERNO, INTERMINABLE HOY!
**************************
Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz,
1891-1942)
Al Espíritu Santo
Tú, más cercano a mí que yo misma
y más
íntimo que mi intimidad,
y aún
inalcanzable e incomprensible,
y que
todo nombre haces renacer:
Espíritu
Santo,
¡Amor
Eterno!
¿No eres Tú el dulce maná
que
del corazón del Hijo
en el
mío fluye,
alimento
de los ángeles y de los santos?
Él, que de muerte a vida se elevó,
Él me
ha despertado a mí a nueva vida,
del
sueño de la muerte.
Y
nueva vida me da, día tras día.
Y un
día su abundancia me sumergirá
vida
de tu vida, sí, Tú mismo:
Espíritu
Santo,
¡Vida
Eterna!
*******************
¿Eres
Tú el dulce canto del amor
y del
santo temor
que
eternamente suena en torno al trono de la Trinidad
y
desposa consigo los sonidos puros de todos los seres?
La armonía que aúna los miembros con la Cabeza
donde
cada uno encuentra feliz el sentido secreto de su ser
y
jubilante irradia
libremente
desprendido en tu fluir:
Espíritu
Santo,
¡Júbilo
eterno!
*****************************
Angelus Silesius (Johannes Scheffler, 1624-1677)
PEREGRINO QUERUBÍNICO
Epigramas
y máximas espirituales para llevar a la contemplación de Dios
(Selección)
Giotto: Querubín
Atrás, atrás, serafines, no podéis calmar mi sed; atrás, ángeles todos, y lo que brilla en vosotros. No os quiero ya: solo me arrojo al mar increado de la Divinidad desnuda.
¿Preguntas, cristiano, dónde ha puesto Dios su
Trono? Allí donde te hace nacer Hijo suyo, en ti mismo.
Dios es un labrador, su Verbo eterno es el grano, el arado es su Espíritu, mi corazón el sembrado.
El ave descansa en el aire, la piedra sobre la tierra, en el agua vive el pez, mi espíritu en la mano de Dios.
Detente, ¿adónde corres?; el Cielo está en ti; y buscar a Dios en otra parte es no encontrarlo nunca.
Desde el primer día, y todavía ahora, la criatura no busca otra cosa que la quietud de su Creador.
Si Dios es un eterno Presente, ¿qué impide, que ya desde ahora, pueda ser Él en mí todo en todo?
Dios es mi cayado, mi luz, mi camino, mi fin, mi padre, hermano e hijo y todo cuanto quiero.
Ve a donde no puedas; ve a donde no ves; escucha donde nada susurra; estás allí donde Dios habla.
¡Nada en exceso! Siempre odié la intemperancia: pero ¡ojalá pueda estar ebrio tanto de Dios como de Cristo!
¿Quién decora las azucenas? ¿Quién alimenta los narcisos? Entonces, ¿a qué tanto inquietarte por ti?
Temer a Dios es muy bueno, pero amar es mejor. Mejor aún es subir a Él, más allá del amor.
Estar ocupado es bueno, pero orar es mucho mejor; mejor aún es presentarse ante Dios nuestro Señor mudo y sereno.
Los ángeles cantan bellamente; yo sé que más dulce le es al Altísimo tu canto, si callas totalmente.
¡Ah, si tu corazón pudiera hacerse pesebre! Dios volvería a hacerse niño en esta tierra.
No quiero fuerzas, poder, arte, saber, riqueza ni estado: solo quiero ser niño en mi Padre.
Hay dos palabritas que me gustan mucho: Fuera y En. Fuera de Babel y fuera de mí; en Dios y en Jesús.
Apacigua tu corazón: Dios no está en los vientos violentos, en los terremotos y en el fuego
***************************
Mari Paz López Santos, artista contemporánea
Magnificat para el siglo XXI
Proclama
mi alma la grandeza del Señor
se
alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
mi
Padre, mi Todo,
porque
ha mirado la humildad y obediencia
de su
hija, su criatura.
Desde que acepté su palabra,
me
felicitan todas las generaciones
-
antiguas y venideras-
porque
he dejado que Él, que todo lo puede,
haga
obras grandes a través de mí;
su
nombre es santo
y su
misericordia llega a los que le son fieles
y, a
través de ellos, a los que no le conocen,
así, día
tras día,
de
generación en generación,
su
amor se expande de corazón en corazón.
El Señor es fuerte:
confunde
y desconcierta a los engreídos,
deja
caer a los que ostentan el poder,
sostiene
y pone como ejemplo a los humildes,
a los
que tienen hambre de pan y amor los sacia
y a
los que acaparan y no comparten
los
despide vacíos.
Auxilia al mundo, su hijo pródigo,
porque
no olvida la promesa de misericordia
hecha
a Abraham, a los Apóstoles
y a
las mujeres y hombres creyentes
de todos
los tiempos.
*Tomado de “¿Qué quiere Dios que yo quiera?” Mari Paz López Santos (www.pazsantos.com)
|
Ilustración
realizada por María Paz López Santos,
portada de
su libro ¿Qué quiere Dios que yo quiera?
|
**************************
Armando Rojas Guardia (poeta y ensayista
contemporáneo, autor de El Dios de la intemperie y El
principio de incertidumbre)
Cuando
tú vienes,
tú el
vacío el nada el ya,
el que
yo no sé su nombre,
ni
interesa,
cuando
tú vienes
me
siento perder voz,
me
seco de palabras,
sueno
simplemente
como tú,
sin
queja sin golpes sin crujidos,
sueno
como
tú.
Cuando tú vienes,
tengo
prisa por decir,
por
llamarte de algún modo,
por
nombrarme
a mí también
para
al fin reconocerme
en tu
presencia
me
abalanzo precipito
sacudo
la quietud
mancho
lo limpio
todo
es tan vacío tan gota
inaprensible,
tan
exactamente nada,
tan
silencio.
Cuando tú vienes,
nada
dices
y me
dices.
Nada
pides.
Qué
vas a ser tú el Implacable,
el
Exterminador, el Enemigo.
Nada
pides,
eres.
Sólo
oigo cómo eres,
sólo
oigo cómo soy
y
quiero
ser
así
eso que escucho,
me
abandono.
Cuando tú vienes,
hay
una
exacta coincidencia,
te miro
en lo profundo
de
aquello que deseo,
qué
mentira,
qué
imposible,
qué
estúpido
querer lo que no
quieres,
querer lo que no quiero.
Y
entonces
ya no
es sino la paz,
la
precisa ubicación,
el ser
escueto.
Cuando
tú vienes,
no has
venido,
estás
ya desde siempre.
*************************
MARINA MÜLLER
Señor,
de Ti vengo, a Ti voy
en tus
manos estoy.
Déjame
aceptar tu Amor
déjame
abrirme a tu Luz sanadora
tierna
y compasiva.
Déjame aceptar
que me
liberes y me abraces
que me
reconcilies con mi pasado,
mi
presente, mi por venir,
con la
vida y con el universo
en que
me has hecho existir.
Con mucho amor, con confianza
fuerte,
y sin final,
"así
en la tierra
como
en el cielo".
Pandemia en
oración (año 2020)
El mundo se detuvo
Enfermedad… muertes… encierro… miedo…
Dolor.
Se derrumban
nuestras certidumbres
solo quedan en pie
la Fe y la Esperanza.
Silencioso, el Señor viene
llega de pronto, sin ruido,
con movimiento
suave como brisa
y sin embargo poderoso
como águila planeando
en cielo de tormenta.
Salimos a tu encuentro
Señor de la vida
te abrazamos
Señor del Amor.
Confiamos nuestro frágil aliento
a tu ternura
nuestro devenir
a tu eterna fidelidad.
Aquí, ahora
eterno presente
en oración y meditación
unidos en silencio a tu Presencia
inefable, anhelada
por quienes estamos
por quienes partieron.
Abrazando al mundo
acunando la vida
para una nueva creación:
Ven, Señor Jesús.
HNO. DANIEL IMPELLIZZIERI
Otra vuelta
Vivimos encontrados en la espiralada existencia,
que se expande desde un Centro…
Y da vueltas.
En cada curva abierta se anuncia un desafío:
ser uno mismo, dos, muchos…
Abiertos al Infinito.
Espiral, cual danza circular
sin fin,
baile ondulante, fiesta y enigma.
Semicircular, mejor, en espera
del nacimiento de otro
semicírculo anudado.
Nudo indestructible, fecundo
que anuncia nuevas ondas
vitales, abarcativas, plenas.
Conformando el devenir,
Deviniendo en él,
hermanando el cosmos con el caos.
¡Ya no hay caos!
Resumiendo en el Uno, Alfa y Omega,
La historia de dolor que el amor conlleva,
esperanza cierta en una nueva vuelta
hácese en nosotros
libertad completa… en otra vuelta…
en otra vuelta…en otra vuelta.
Integrando rostros, nombres y ausencias
en otra vuelta…
dejando las máscaras en las sombras muertas,
abriendo los ojos a los que nos llega
dando sí mismos purificando vueltas.
Ya estamos más anchos y estamos más cerca
el punto exacto, origen y meta
no es recto el camino,
alumbra otra vuelta.
¡Sólo el que resiste se anula en la recta!
Dejando vivirse, fluir en la vida,
en vueltas divinas hechas melodías,
en los corazones habrá poesía,
y en el horizonte:
semicircular,
la alegría eterna de la Trinidad,
que danza esperando…
otra vuelta más.
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PLEGARIA DE UN SOLDADO
Lo siguiente se encontró en el bolsillo de un soldado muerto en acción durante una de las tantas terribles guerras del siglo XX.
Escucha, Dios.
Yo nunca hablé contigo.
Hoy quiero saludarte. ¿Cómo estás?
Tú sabes, me decían que no existes.
Y yo, tonto, creí que era verdad.
Anoche vi tu cielo.
Me encontraba oculto en un hoyo de granada.
Quién iría a creer que para verte
bastaba con tenderse uno de espaldas.
No sé si aún querrás darme la mano.
Al menos creo que me entiendes.
Disculpa, debo irme.
La ofensiva será horrible esta noche.
Quién sabe, tal vez llame yo a tu puerta.
¿Me recibirás si hasta ti llego?
Tarde te descubrí, cuánto lo siento.
¡Qué raro! Sin temor voy a la muerte.
(tomado de "El cielo existe", María Roberta Mallea, Ed. Guadalupe)
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