jueves

JOHN MAIN OSB - ESCRITOS Y ENSEÑANZAS


 La meditación es una forma potente si puedes aprender a decir el mantra continuamente, sin cesar, porque esa es la manera en la oración de dejar el yo atrás, de entregar nuestra vida para ser absorbidos en el misterio infinito de Dios. La gente pregunta: «¿Cuál es la experiencia de la oración?» La experiencia de la oración es ir más allá de nosotros mismos, más allá de cualquier palabra que podamos usar para describir la experiencia. San Pablo la describe como la entrada a la gloria de Dios. Pero al decir nuestro mantra dejamos atrás todas las palabras, porque limitan la experiencia. Hacen que la experiencia sea subjetiva. La experiencia es de infinito, y ninguna palabra finita puede abarcarla.

Déjame resaltar que el camino es el de la simplicidad y la inocencia infantil. «A menos que te conviertas como un niño» significa que hemos de encontrar en nuestro propio corazón la capacidad de asombro, de un asombro inocente, una inocencia que todos perdemos tan fácil y descuidadamente. Pero debemos encontrarla de nuevo. La manera en que la encontramos es entrando en el silencio, siendo, estando abiertos a la gloria de Dios, al asombro de su ser. Por eso nuestro mantra es de suma importancia. Todos estamos llamados al momento eterno cuando nos perdemos en Dios.

Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 185

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