domingo

LA MEDITACION SIMPLIFICA TODO


 De Laurence Freeman OSB, “Carta tres”, WEB OF SILENCE (Londres: Darton, Longman, Todd, 1996), págs. 28-29, 31.


Les imploro por la misericordia de Dios que se ofrezcan como sacrificio vivo, consagrado y digno de ser aceptado, la adoración ofrecida con la mente y el corazón. No se adapten más a los patrones de este mundo presente, sino que rehagan su mente y transformen así toda su naturaleza  (Romanos 12:1-2).

En lugar de «este mundo presente», léase «ego»: la parte que cree ser el todo. Es la parte que involuntariamente bloquea y distorsiona el misterio de la vida debido a su forma de responder al dolor y al rechazo; es la parte que crea la percepción de un mundo sin amor. […] Incluso si la meditación no fuera más que una breve inmersión diaria en nuestro reino interior, merecería nuestra atención completa. Pero es más que un escape temporal de las prisiones del miedo y el deseo. Por complejos que sean estos patrones, que nos hacen temer la muerte y el amor verdadero, necesarios para el crecimiento y la supervivencia, la meditación los simplifica todos.

Día a día, meditación tras meditación, este proceso de simplificación avanza. Nos volvemos gradualmente más intrépidos hasta que, en la alegría de liberarnos de las imágenes y recuerdos del deseo, experimentamos la liberación total del miedo. Y entonces —e incluso antes— nos volvemos útiles a los demás, capaces de amar sin miedo ni deseo... liberados para servir al Ser, que es el Cristo interior.

No hay comentarios: