Mateo 6.1–6, 16–18
No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu mano derecha.
¿Es el universo amigable? Einstein consideraba que esta era una de las grandes preguntas para la humanidad moderna. La inteligencia espiritual responde que sí, y la señal de esto es la forma en que se nos otorgan segundas oportunidades. El problema radica en reconocerlas, creer en ellas y no desanimarnos por el hecho de que el mundo no siempre cumple nuestras expectativas a tiempo. La Cuaresma, al igual que la meditación, nos ofrece la oportunidad de presionar, con suavidad, el botón de reinicio. El tiempo litúrgico corre en paralelo al tiempo de trabajo y al tiempo de descanso. En realidad, cuando se reconoce ("Hoy comienzo la Cuaresma"), atraviesa todo el tiempo. Y, en los próximos cuarenta días, puede irradiar y renovar toda nuestra experiencia del tiempo.
De este modo, llegamos despiertos al momento eterno de la resurrección, con una mayor posibilidad de experimentar el poder de su presencia constante, hoy y cada día.
¿Cómo podemos aprovechar al máximo esta temporada?
Comprometiéndonos con mayor generosidad y firmeza con la meditación dos veces al día. También adoptando dos prácticas adicionales que sean realistas, pero llenas de esperanza, para desarrollar el autocontrol como camino hacia la libertad personal y la liberación de la ansiedad, la compulsión y el miedo.
Una de estas prácticas debería implicar moderación y la otra, esfuerzo. Reduce (o elimina) algo que hagas en exceso, como el consumo de alcohol o la pérdida innecesaria de tiempo. Añade algo que no hagas lo suficiente, como un acto diario de bondad sin juicio hacia alguien que lo necesite, o simplemente ser amable con las personas cuando te irritan. Además, lee un pasaje apropiado del Evangelio para la Cuaresma; en cada reflexión encontrarás fragmentos sugeridos. Puedes memorizar el versículo corto resaltado al comienzo de esta reflexión y recordarlo a lo largo del día.
Aprovechemos esta segunda oportunidad que nos brinda la Cuaresma este año para permanecer presentes, despiertos y sencillos.
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