A los niños les encanta meditar. Sólo hay que mostrarles cómo y se puede meditar con ellos. Y con un poco de ayuda, cariño y apoyo, se verá que les encantará y que lo pedirán. Y cuando pasen de un año a otro en la escuela, le dirán al nuevo profesor: “¿Cuándo vamos a hacer nuestra meditación?” “
Si no os hacéis como niños…” (Mt 18,3). Así que esto es una pequeña idea de lo que Jesús quiso decir y también de lo que quiso decir Tomás de Aquino cuando dijo que es sencillo. Sencillo, no fácil. A veces es difícil, a veces es duro, pero es sencillo. Creo que esto es algo que la tradición contemplativa cristiana necesita desesperadamente recuperar y enseñar, en nombre de nuestra cultura y sociedad enfermas.
Fuentes de sabiduría por Laurence Freeman OSB
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