(...) ese conocimiento que surge de la quietud, a medida que dejamos ir las ideas, es amor. Sólo en el amor somos capaces de conocer algo completamente. En esta quietud de la meditación, libres de conceptos, libres de prejuicios, somos capaces, como decía el Padre Juan, de entrar directamente en la experiencia. Ya no estamos tratando de experimentar la experiencia, que es la razón por la que la mayoría de nosotros nos confundimos tanto. Nos metemos en algo, luego empezamos a querer verlo, analizarlo, queremos tener el control de eso, queremos poder usarlo: experimentar la experiencia. Lo que estamos aprendiendo en la meditación, a través de la práctica absolutamente simple de la quietud y de dejar ir todos los pensamientos, es que podemos entrar en la experiencia de ser como una persona completa y, por lo tanto, las experiencias que sucedan no importan. .
( Aspectos del amor 1 por Laurence Freeman OSB)
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