Una de las grandes conexiones que crea la meditación para nosotros es una conexión con el sentido de nuestra propia muerte, de nuestra propia mortalidad. En este espíritu de desapego y atención, la meditación transforma enormemente la calidad de nuestra vida. La meditación es simplemente una aceptación y una entrada en el misterio de la muerte. Morir no es nada menos que dejar ir. Toda nuestra vida es realmente una lección para aprender a dejar ir, y aprendemos a dejar ir por etapas, de diferentes maneras. Toda nuestra vida es una preparación para este último dejar ir, el momento de la muerte, en el que estamos destinados a estar listos, a estar preparados. Cualquiera de ustedes que alguna vez haya estado con alguien cuando ha muerto sabrá que ese momento es un momento de tremenda importancia. Toda nuestra vida se centra en ese momento.
( Aspectos del amor 1 por Laurence Freeman OSB)
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