Hablé de un maestro zen al que acudían peregrinos occidentales ansiosos e impacientes por iluminarse rápidamente, que querían que les diera el secreto o la píldora para la iluminación. Más tarde reflexionó sobre por qué algunas personas tienen esos momentos de iluminación. Lo describió como kármico, probablemente cierto en un sentido psicológico. No es algo aleatorio. Estos momentos no son predecibles, pero tampoco es algo para lo que no estamos preparados. Llegan en la plenitud del tiempo, cuando el momento es propicio.
Laurence Freeman OSB
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