Amar a Dios podría decirse que significa comprometerse de todo corazón con el propio camino, no quejarse innecesariamente de él ni sentirse descontento porque no se consigue lo que se quiere, sino abrazar todo lo que la vida nos ofrece. Aprender a meditar es aprender a vivir. John Main dice que cuando meditamos, aceptamos el don de nuestro propio ser como un todo, como un paquete. No se trata de seleccionar los momentos felices que ponemos en Facebook para convencer a todo el mundo de que somos personas totalmente felices, populares y satisfechas. Sino de aceptar la totalidad de nosotros mismos, la totalidad del misterio de la vida, que en última instancia es impredecible. Estos tiempos oscuros pueden contener grandes semillas de luz. Así que el criterio para un buen camino, para hacer el camino de la vida de una manera plenamente humana, no es que siempre sea fácil, no que siempre seamos felices, sino cómo manejamos los tiempos difíciles y cómo los manejamos sobre todo con fe.
Ilustración de Laurence Freeman OSB
No hay comentarios:
Publicar un comentario