Nuestra vida es una unidad porque está centrada en el misterio de Dios. Pero para conocer su unidad tenemos que ver más allá de nosotros mismos y con una perspectiva más amplia que la que generalmente tenemos cuando el interés propio es nuestra preocupación dominante. Solo cuando hemos comenzado a alejarnos del interés propio y de la autoconciencia, esta perspectiva más amplia comienza a abrirse.
Otra forma de decir que nuestra visión se expande es decir que llegamos a ver más allá de las meras apariencias, hacia la profundidad y el significado de las cosas... no sólo... en relación con nosotros mismos sino... con el todo del que formamos parte. Éste es el camino del verdadero autoconocimiento y es por eso que el verdadero autoconocimiento es idéntico a la verdadera humildad. [...]
Mediante la quietud del espíritu nos adentramos en el océano de Dios. Si tenemos el valor de alejarnos de la orilla, no podemos dejar de encontrar dirección y energía. Cuanto más nos alejamos, más fuerte se vuelve la corriente y más profunda es nuestra fe. Durante un tiempo, la profundidad de nuestra fe se ve desafiada por la paradoja de que el horizonte de nuestro destino siempre se aleja. ¿Adónde vamos con esta fe más profunda? Luego, gradualmente, reconocemos el significado de la corriente que nos guía y vemos que el océano es infinito.
John Main, OSB
El Cristo Presente (pag 111 - 117)
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