La pandemia nos ha recordado nuestra solidaridad inherente como familia humana. También ha expuesto las fuerzas en juego, como el mal gobierno, los codiciosos generadores de dinero y el obsceno abismo entre ricos y pobres, que exigen corrección o castigo. Como señal de nuestra irrealidad, los mercados bursátiles están produciendo una gran riqueza para algunos, mientras que la economía real se está derrumbando.
Todos sienten los efectos de la crisis global; y todos sienten el calentamiento global. Como duras llamadas de atención, estas experiencias nos recuerdan la unidad de la humanidad y la unicidad entre la humanidad y el mundo natural. Cualquier vistazo a esta unidad y la unicidad es gracia: un momento de verdadera contemplación, un relámpago de sabiduría, un toque sanador en la herida de nuestra ignorancia. Incluso si es doloroso, queremos más de lo que experimentamos en estos breves momentos. Porque en el fondo, aunque sintamos la futilidad del aislamiento personal o del nacionalismo colectivo desatando el caos y el dolor, queremos saber qué significan estas experiencias de unidad, estos momentos de gracia.
Carla Cooper 7 enero 2023
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