viernes

SOMOS EN EL

El poder del Nuevo Testamento radica en su sentido dramático del contraste entre antes de la vida de fe en Cristo y la vida transformada por esa fe. San Pedro lo veía como la dramática diferencia entre la muerte y la vida.


"Por eso también se les predicó el evangelio aun a los muertos, para que, a pesar de haber sido juzgados en este mundo por lo que hicieron en vida, vivan conforme a Dios en el espíritu....." 1 Pedro: 4-6




De eso se trata exactamente la meditación – de pasar de la muerte o de la vida a medias, a estar totalmente vivos en el Espíritu de Dios. No debemos nunca despreciar o sentirnos apenados por la total magnificencia de la visión cristiana y de la invitación cristiana. En la meditación vivimos por esa perspectiva y aceptamos la invitación porque la meditación es nuestra total disposición a Dios.

Cuando meditamos, cuando nos sentamos quietos por esas dos medias horas, en la simplicidad de decir nuestro mantra, estamos totalmente disponibles a Dios; totalmente a su disposición. De esto se trata la oración pura: no peticiones, no recriminaciones, no actuaciones, no amenazas, solo ser simples, en total disposición a la maravilla de la última realidad. La meditación es importante para nosotros porque por medio de esta disposición llegamos a la experiencia de la fe.

No se trata solo de creer en Dios o, incluso, de tratar de vivir por la creencia de su Amor. Es saber que somos en Él y que Él es en nosotros y esto es lo que significa vivir en la vida del Amor de Dios. Saberlo personalmente desde las profundidades de nuestro ser, es lo que ganamos en la meditación, y este conocimiento es real.

 
John Main, OSB

Del libro: The Heart of Creation

Traducido por Lucía Gayón

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