martes

JOHN MAIN OSB, ESCRITOS Y ENSEÑANZAS


 La meditación ofrece una vía para llegar a tu propio centro, a la base de tu propio ser, y poder permanecer ahí mismo – en quietud, en silencio, con atención. La meditación, en esencia, es un camino para aprender a despertar, a estar plenamente vivos. El camino a este despertar es el silencio y la quietud.

Este camino representa todo un reto para las personas de nuestros tiempos porque tenemos muy poca experiencia de permanecer en el silencio. El silencio pudiera aparecer como terriblemente amenazador en la sociedad interconectada en la que vivimos. Nos falta acostumbrarnos al silencio. Por esta razón, el camino de la meditación es un camino en el que aprendemos a repetir una breve palabra interiormente, en nuestros corazones.

Tenemos que llegar a aprender no tanto a crear silencio sino a darnos cuenta de que el silencio ya está dentro de nosotros. Lo que tenemos que hacer es entrar en el silencio. Ser silenciosos. Ser el silencio. El propósito y el reto de la meditación son permitirnos entrar en el silencio para que este silencio interior emerja. El silencio es el lenguaje del espíritu.

Aprendiendo a recitar tu mantra, aprendiendo a recitar tu palabra, dejando atrás todas otras palabras, ideas, imaginación y fantasías vamos aprendiendo a entrar en la presencia del espíritu que habita en nuestro corazón interior, que habita ahí en amor. El Espíritu de Dios mora en nuestros corazones en silencio. Y, con humildad y fe, hemos de entrar en esa presencia silenciosa.

El objetivo primordial de la meditación Cristiana es permitir que la presencia misteriosa y silenciosa de Dios que nos habita sea cada vez la realidad de nuestras vidas, la realidad que da significado, forma, y propósito a todo lo que hacemos, a todo lo que somos.

Fuente: Word Made Flesh. Silence and Stillness in Every Season, página 2.

Traducido por WCCM España

No hay comentarios: