(...) el ego también es una barrera. Es el mecanismo que permite que tenga lugar esta primera etapa de separación, pero generalmente se convierte en una barrera porque nos encierra en una visión de nosotros mismos como permanentemente separados. Mientras estamos allí, flotando en el líquido amniótico de la matriz, estamos en un estado de unión indiferenciada, de comunión, con todo el universo; no hay separación entre yo y todo lo que es. Pero para volvernos completamente vivos, tenemos que experimentar una ruptura, una ruptura, una separación de ese sentido de totalidad, ese sentido de comunión inconsciente. Tenemos que experimentar una ruptura en la comunión si queremos llegar a una comunión plenamente consciente. Y este es un patrón que bien podemos aprender a reconocer a lo largo de nuestra vida, el morir y el resucitar involucrados en todas las relaciones.
( Aspectos del amor 2 de Laurence Freeman OSB)
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