Tenemos un problema para aprender a amar incluso a aquellos que están más cerca de nosotros. Entonces, ¿cómo diablos podemos amar a nuestros enemigos? Amar a nuestros enemigos es una enseñanza básica del evangelio y es una de las formas en que Jesús realmente nos muestra la naturaleza de Dios. Cuando nos dice en el Evangelio de San Mateo que debemos amar a nuestros enemigos, relaciona esa relación con aquellos que nos han lastimado directamente con la naturaleza de Dios: Dios que hace que Su sol brille sobre buenos y malos por igual; Dios, que no discrimina en la forma en que hace que su lluvia caiga sobre buenos y malos por igual; Dios que es bondadoso con los ingratos y los malvados (Mateo 5:45). Así que este mandamiento de amar a nuestros enemigos es una forma de enseñarnos algo de la naturaleza misma de Dios. La mayoría de nosotros tenemos una imagen bastante diferente de Dios. No pensamos en Dios como bondadoso con los malvados; pensamos en Dios castigando a los malvados. Pero eso no es lo que Jesús nos dice de Dios. Él nos dice que debemos llegar a ser como Dios. Debemos amar como Dios ama; debemos ser perfectos como nuestro Padre Celestial es perfecto. Él usa esta idea de amar a nuestros enemigos como la clave para entender cómo lo hacemos.
Laurence Freeman OSB
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