Al amar a los más cercanos a nosotros, tenemos que retirar nuestras proyecciones positivas, la forma en que idealizamos a las personas de manera poco realista. Al aprender a amar a nuestros enemigos, tenemos que aprender a retirar nuestras proyecciones negativas, las formas en que “vertemos” en los demás nuestra propia ira, todo nuestro dolor o herida, nuestras propias faltas. Todos sabemos, o probablemente tengamos ejemplos en nuestra vida, donde nos damos cuenta (lo solemos ver más claro en los demás que en nosotros mismos) vemos la forma en que muchas veces criticamos a los demás por los mismos defectos que nosotros mismos tenemos, pero no reconocemos ni aceptamos en nosotros mismos.
( Aspectos del amor 2 de Laurence Freeman OSB)
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