El significado de la compasión es que reconocemos, que lloramos con los que lloran, morimos con los que mueren, sufrimos con los que sufren. Esta es la compasión de Cristo, que ha unido en sí a toda la humanidad: Cuando diste un vaso de agua a un sediento, me lo diste a mí. Lo que hicisteis al más pequeño de mis pequeños, a mí me lo hicisteis. (Mateo 10:42; 25:40) De modo que nuestro amor a nosotros mismos, que aprendemos a través de la quietud de la meditación, nos lleva directa y naturalmente a amar a los demás. Pero entonces, a medida que aprendemos a aceptar las relaciones de nuestra vida como la base sagrada de nuestra vida y los sacramentos de la vida divina, a medida que aprendemos a vivir las relaciones con los demás, tenemos que aprender también la habilidad humana, el arte humano, de retirando nuestras proyecciones de ellos, si queremos amarlos. Amar a los demás, como amarnos a nosotros mismos, es dejar que el otro sea quien es.
( Aspectos del amor 2 de Laurence Freeman OSB)
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