A la luz de esta experiencia de meditación, podemos ver el equilibrio del amor en nuestra vida, este gran poder equilibrante del amor que nos crea, que nos acompaña a lo largo de nuestra vida; que sana – a veces dolorosamente – que nos sana y nos enseña. El amor que está con nosotros, que nos acompaña en el camino. No el amor que estamos tratando de ganar, sino el amor que está constantemente con nosotros. Nuestros ojos se abren, a través de la meditación, para ver cuánto está presente este poder del amor en medio de todos nuestros desequilibrios, de todos nuestros descarríos, de todas nuestras distracciones. Incluso en la distracción de nuestra meditación, somos capaces de comprender, percibir, sentir cada vez más profundamente la presencia de la paz. Y lo que también nos enseña, así como nos enseña a amarnos a nosotros mismos, a amar a los demás y a amar a Dios, es que todas las relaciones son en realidad aspectos de una sola relación.
( Aspectos del amor 3 de Laurence Freeman OSB)
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