El ego quiere amar a Dios primero y, por supuesto, está constantemente tratando de ponerse a sí mismo en primer lugar. Pero a medida que aprendemos a ir más allá de ese egocentrismo que intenta hacernos amar a Dios antes de que Dios nos ame, o incluso intentar amar a Dios para que él nos ame, todas las formas complejas en las que el ego intenta manipular y controlar incluso a Dios o a través de su imagen de Dios – a medida que aprendemos a rearmarnos en el verdadero centro de la realidad, la realidad de que Dios nos ama primero, entonces esa experiencia de ser amados, que es todo el significado de la redención, impulsa una respuesta en nosotros.
( Aspectos del amor 3 de Laurence Freeman OSB)
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