La meditación, lo sabemos, es un camino de moderación, un camino intermedio. Es muy difícil permanecer en el estrecho camino de la meditación. Es mucho más fácil, y existe una tendencia constante, desviarse del camino hacia el autorrechazo y la abnegación por un lado, o hacia una autocomplacencia muy relajada y laxa por el otro. Vemos esto muy claramente expresado hoy en los movimientos espirituales de nuestro tiempo. Algunos movimientos sugieren total autoindulgencia: todo vale, haz lo que quieras, si te sientes bien, hazlo. Por otro lado, particularmente en el fundamentalismo y algunas de las sectas, hay una rigidez tremenda, un miedo tremendo al placer, miedo a la armonía y una abnegación tremenda.
Laurence Freeman OSB
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