domingo

DEL AISLAMIENTO AL AMOR



Extracto de “El camino de lo Desconocido” de John Main OSB, (Nueva York: Crossroad, 1990) Pág. 44-46.

Meditamos porque sabemos con absoluta certeza que debemos superar nuestra propia esterilidad. Debemos trascender la inutilidad de un sistema cerrado, de una mente puramente introspectiva. Sabemos, cada vez con mayor claridad, que tenemos que ir más allá del aislamiento en el que nos encontramos hacia el amor. Es curioso que la introspección, la mente observándose a sí misma, nos conduzca a tal esterilidad. ¿Por qué una mente egocéntrica llega a ser tan estéril? Supongamos por ejemplo, que tratamos de analizar alguna experiencia propia. La consecuencia, casi inevitable, es que acabemos observándonos en el mismo acto de observación. Cuanto más profundo es el grado de introspección, más complejo será el grado con el que nos obsesionaremos con nuestra propia conciencia. El resultado es como estar atrapado en una sala llena de espejos donde constantemente confundimos la imagen con la realidad. Y todo lo que tenemos son imágenes de nosotros mismos.

Y es aquí donde nos preguntamos, ¿por qué la meditación es diferente? Todos nosotros, cuando comenzamos a meditar, llegamos a un punto en el que nos preguntamos “¿qué obtengo de esto? ¿qué está haciendo la meditación por mí?... Y es precisamente en ese momento cuando tenemos que hacer un acto de fe. Puede parecer que la fe es entrar en la oscuridad y abrazar la esterilidad, pero no hay forma de que podamos abrazarla si no tenemos un total abandono. Tiene que ser un acto total de fe. En otras palabras, nos comprometemos a la meditación y al mantra como una forma de abandonar la autoconciencia. Y así, nos comprometemos a dejar atrás nuestra propia esterilidad.

Entonces, la sequedad que experimentamos se transforma en pobreza. Una pobreza que abrazamos totalmente. En este punto, somos llevados a esa manifestación de nuestra pobreza que nos revela que sólo existe Dios y que en Él todo es riqueza y amor… La esterilidad se convierte en pobreza: un estado de completa sencillez, de completa vulnerabilidad y de un total abandono en Dios y en su amor.

De este modo, la autoconciencia deja paso a la verdadera conciencia. Nos damos cuenta de todo lo que está más allá de nuestro propio horizonte: de lo que es, que es Dios y que Dios es Amor. Por tanto, la introspección se transforma en una visión de autotrascendencia porque todo lo que vemos ahora lo vemos con la luz divina expandido hacia el infinito. Vemos la realidad, todo cuanto hay, bañado del infinito amor de Dios. Y podemos entender con claridad por qué es así. Porque nos hemos comprometido con el Camino de la fidelidad a la meditación y al mantra: el compromiso con Dios. El compromiso con la fe, con lo que está más allá de nosotros. De esta forma, tomamos posesión de nuestro destino y encontramos nuestro significado en la maravilla de Dios.


Carla Cooper

Traducido por WCCM España

 

 

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