Durante las últimas cinco semanas hemos estado viendo la importancia de enfocarnos en nuestro verdadero yo, en la esencia Divina dentro de nosotros y en la importancia del arrepentimiento, la humildad y la purificación de nuestras emociones egocéntricas:
"Vuelve dentro de ti mismo y obsérvate: si todavía no te ves bello, haz entonces lo mismo que el escultor hace con una estatua que quiere que sea hermosa. Él talla una parte, nivela otra, suaviza una zona y a otra la hace resaltar, hasta que la estatua muestra un rostro bello. Al igual que él, quita lo que es superfluo, endereza lo que está torcido, limpia y pule lo que está sucio y hazlo brillar, y nunca dejes de esculpir tu propia estatua hasta que el esplendor divino de la virtud brille en ti ... Abre tus ojos y ve” (Plotino. Enéadas I 6,9,7-24).
Pero, ¿qué vemos? ¿Quién o qué es lo Divino? Clemente de Alejandría, uno de los primeros Padres de la Iglesia dijo: "La noción de ser puro es lo más cercano que se puede llegar a Dios. Él es inefable, está más allá de todo discurso, más allá de todo concepto, más allá de todo pensamiento".
No podemos describir a Dios ni lo que experimentamos. Tratamos de encontrar sentido con nuestra conciencia racional a algo que nuestra conciencia intuitiva percibe y eso es realmente imposible. Bede Griffiths dijo: "Creo que finalmente hemos de ir más allá de todas las formas de pensamiento, incluso más allá de la Trinidad, de la Encarnación. Todos estos conceptos pertenecen al mundo de los signos -manifestaciones de Dios en el pensamiento humano-. Pero Dios mismo, la Verdad misma, está más allá de todas las formas de pensamiento".
Lo importante es cambiar nuestro centro de percepción de la superficie a la profundidad. Entonces experimentaremos "la presencia de Jesús dentro de nosotros. Su Espíritu Santo nos llama a ser plenamente conscientes de este nivel de nuestro ser. En un abrir y cerrar de ojos, nos despertamos a nosotros mismos, al Espíritu que mora en nosotros y, desde ahí, a la conciencia de la comunión con Dios mismo, que estamos llamados a compartir. Y así nos despertamos de una soledad platónica a una comunión completa de todos los seres en el Ser mismo" (John Main 'Una Palabra hecha Silencio').
Kim Nataraja
Traducido por WCCM España
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