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DIFERENTES FORMAS DE ORACIÓN


En la “Conferencia 9” de Juan Casiano, Abba Isaac, uno de los Padres del Desierto, comienza a transmitir enseñanzas sobre la oración a Casiano y a su amigo Germano. Primeramente les habla de que existen diferentes formas de orar: “El apóstol (San Pablo) define cuatro tipos de oración”.

“Mi consejo es que ante todo, se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres” (1 Tim 2,1). Ahora podemos estar seguros de que esta división no fue hecha a la ligera por el Apóstol. Abba Isaac continúa dando explicaciones detalladas de los tipos de oración mencionados y de cuándo son apropiados. Y concluye: “Por lo tanto, todas estas formas de oración son muy valiosas para los hombres y, ciertamente, necesarias”.

Incluso ilustra cómo Jesús empleó cada uno de estos tipos de oración. Continúa con una explicación de la oración que Jesús nos enseñó, el “Padre Nuestro” y se refiere a ella como la más perfecta de las oraciones. Y finalmente llega a la oración más deseable para todos: “la oración pura”, “la contemplación”, cuando ya no somos conscientes de que estamos orando. Cita a San Antonio: “La oración no es perfecta cuando el monje es consciente de sí mismo y de que está orando”. Abba Isaac destaca que todas las formas de oración pueden conducir a la “oración pura”. Lo que se necesita para ello es fe y perseverancia.

Luego anima a sus discípulos a “seguir el precepto del Evangelio que nos enseña a entrar en nuestra habitación (Mateo 6,6) y cerrar la puerta para que podamos orar a nuestro Padre. Oramos en nuestra habitación cuando alejamos completamente nuestros corazones del ruido de los pensamientos y las preocupaciones y revelamos nuestras oraciones al Señor, en secreto, como si fuera algo íntimo. Oramos con la puerta cerrada cuando, con los labios cerrados y en silencio total, rezamos al buscador, no de voces, sin de corazones”. Aquí, Abba Isaac esboza la base de la contemplación sin decirles con detalle cómo “entrar en nuestra habitación”. Sin embargo, en su siguiente Conferencia sí que explica cómo hacerlo, ya que Casiano y Germano demuestran que están preparados para este tipo de oración al hacer la pregunta correcta. Aquí es donde llegamos al camino de la oración que John Main descubrió, para su satisfacción, en las enseñanzas de Casiano: orar mediante la repetición de una “fórmula” que lleva a la contemplación.

Isaac no restringe esta oración a determinados momentos del día, pero sí pide a Casiano y a Germano que sea una “oración incesante”: “Deberías meditar constantemente este versículo en tu corazón. No debes dejar de repetirlo cuando estás realizando cualquier trabajo o cuando estás de viaje. Debes repetirlo en tu interior, mientras duermes, mientras comes y cuando atiendes a las necesidades de la naturaleza”.

Vemos que, aunque no podemos negar la importancia de esta forma de oración tanto para nosotros como para los primeros cristianos, debemos recordar que es sólo una forma más de oración. Laurence Freeman emplea la metáfora de una rueda para representar la oración. “Piensa en la oración como en un gran rueda. La rueda lleva toda nuestra vida hacia Dios. Los radios de la rueda representan cada una de las formas de oración. Oramos de diferentes maneras, en diferentes momentos y según nos sentimos. Los radios son las formas o expresiones de oración que convergen en el centro de la rueda, que es la oración de Jesús mismo. Todas las formas de oración son válidas. Todas son eficaces. Todas participan de la oración de la conciencia humana de Jesús que habita en nosotros por medio de la gracia del Espíritu Santo” (Laurence Freeman).

Kim Nataraja

Traducido por WCCM España

  

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