jueves

ENFOCARNOS EN LO REAL


El propósito de toda religión es enfocar nuestra atención al centro divino e iluminar nuestra atención con el conocimiento de que ese centro es la fuente de todo el Amor, de toda la vida. Lo que nuestra tradición religiosa nos enseña es que es solo por contacto con y por la contemplación, que en este centro divino el hombre es capaz de ser verdaderamente sí mismo. En otras palabras, es solo enfocándonos en lo divino que podemos enfocarnos en nosotros mismos.

La búsqueda que toda religión supone es guiarnos a la búsqueda de lo real. Toda religión verdadera se ocupa de la realidad y la sabiduría que prueba la autenticidad de la religión es simplemente el regalo de distinguir la ilusión y la realidad. La sabiduría se gana al enfocarnos en nuestro ser integral, con nuestra atención total, en el centro divino.

Este es el centro de la conciencia que se va encontrando al mismo tiempo, tanto en nuestros corazones como más allá de nosotros en la profundidad de Dios. Es este acto de enfocarnos lo que nos lleva a la sabiduría y al conocimiento de lo que es importante en la vida. Este conocimiento no es estático. Constantemente nos empodera en las diferentes situaciones de la vida para poder así distinguir lo que es serio y lo que es esencial de lo trivial y lo frívolo; distinguiendo lo que pasa y lo que perdura. 

La sabiduría es la capacidad de enfocar en lo real y rechazar la ilusión, o al menos, identificar la ilusión como ilusión: como trivial, pasadero, superficial y de dos dimensiones. 

El hombre o mujer verdaderamente espiritual es la persona que tiene un enfoque profundo, que puede ver las cosas con su relación de inter-dependencia porque todo se puede ver en relación al centro divino. Necesitamos de esta sabiduría y la necesitamos absolutamente si vamos a vivir nuestras vidas en plenitud, con sinceridad, con seriedad y con Amor. Sobre todo, para vivir nuestras vidas con Amor debemos estar en contacto con el Amor como el centro de nuestro ser.

La tradición a la cual me refiero es la que nos invita a entrar a esta sabiduría y que nos enseña que para entrar en ella debemos aprender a estar recogidos. Debemos recogernos, debemos estar conscientes, recordar quiénes somos, dónde estamos y porqué somos. Debemos de encontrar la paz interior, la paz en nuestras vidas. Esta paz es consciente, es un saber qué es lo que nos permitirá comenzar a enfocarnos en el centro divino, en el centro por el cuál todo fluye. La meditación es ponernos en armonía con lo que fluye de la vida por Él, con Él y en Él.


John Main, OSB
Del libro: The Heart of Creation

Canterbury Press, 2007

Traduccion Lucia Gallon

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