30 de julio, Día de la amistad. Día para honrar a los amigos que están y también los que se fueron. Hay personas que cumplieron el rol de mejor amigo por un tiempo y luego como que se esfumaron de nuestras vidas.
Otros que han partido y otras que han perdurado desde siempre. Hay amigos que son como el diablito en nuestro hombro, siempre instándonos a enojarnos, a retrucar, a exigir nuestros “derechos” y hay amigos que son como el angelito en el hombro que susurra palabras de calma, de compasión, de perdón y de amor. Hay amigos sinceros y otros quizás aun no tanto. Los amigos vienen en todos los tamaños, pero he llegado a apreciar el amigo espiritual sobre todos.
Ese amigo que nunca nos insta a la violencia ni al enojo, el amigo que llora con nosotros y se alegra con nosotros, el amigo que sabemos que está en oración para nosotros, como nosotros para él. Nuestra comunidad nos enseña a ser amigos espirituales que no tratan de enseñar como es, ni como debe ser Dios. No nos cuestionan ni nos critican nuestras creencias, sino gentilmente comparten y recorren con nosotros este bello camino.
Bendiciones mis queridos amigos espirituales que el Señor les ilumine y les siga guiando en todo momento!
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