Lucas 11:28–32
"Ellos se arrepintieron ante la proclamación de Jonás, y miren, aquí hay algo más grande que Jonás."
Es difícil cambiar de opinión (el verdadero significado de "arrepentirse") cuando ya la tenemos tomada. A menudo nos aferramos tercamente y resistimos, simplemente para evitar cambiar nuestros planes o nuestra forma de percibir las cosas. Algunas personas, por su temperamento, son casi imposibles de mover una vez que han decidido un curso de acción, porque se apoyan demasiado en sus planes para obtener una sensación de control y seguridad. Cambiar incluso una pequeña cosa puede hacer que se sientan inseguros respecto a muchas otras y hasta enviar señales de advertencia a lo más profundo de las cavernas donde acecha su miedo a la muerte.
Cuando se trata de nuestro carácter o personalidad, moldeados por años de experiencia, parece aún más difícil lograr un cambio. Durante mucho tiempo, esto se justificó científicamente con la creencia de que el cerebro no podía cambiar mucho después de la infancia. Se pensaba que, desde una edad relativamente temprana, quedábamos "configurados" de por vida.
Sin embargo, ahora la neurobiología ha descubierto que la plasticidad del cerebro es, sorprendentemente, adaptable y juvenil incluso en las etapas avanzadas de nuestra vida. Así que no hay excusas.
Jonás fue un profeta (nacido cerca de Nazaret) y Jesús lo mencionó para ilustrar cómo, una vez más, las mentes de las personas se negaban a abrirse (la condición previa para el cambio) a lo que un profeta tenía que mostrarles.
Tenemos innumerables formas de resistirnos a cambiar de opinión: la negación, la agresión y la procrastinación son algunas de las más comunes. Arrepentirse o cambiar no solo implica modificar el contenido de nuestras creencias e ideas, sino también la propia forma de percepción con la que opera la conciencia.
Decir el mantra en nuestra práctica diaria de Cuaresma nos saca de estas resistencias y temores al afectar, en primer lugar, la calidad de nuestra conciencia, permitiéndonos ver lo que realmente está ahí. Luego cambia el comportamiento. Luego los pensamientos.
Un cambio radical sin imposición. Una simplicidad radical con un amor ilimitado, en incrementos diarios. Ese es el verdadero significado del "arrepentimiento".
Este es un extracto de Sensing God de Laurence Freeman, SPCK Publishing - distribución exclusiva para miembros de WCCM.
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