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VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA DE CUARESMA

 Mateo 5:20–26


"Primero reconcíliate con tu hermano o hermana."

Durante el Seminario del Buen Corazón, mientras el Dalái Lama comentaba los Evangelios, la hermana Eileen O’Hea le preguntó: "Su Santidad, ¿le gustaría conocer a Jesús y, si es así, qué pregunta le haría?" Sin dudarlo, respondió: "Sí, me gustaría conocerlo, y le preguntaría: ‘¿Cuál es la naturaleza del Padre?’"

A la luz del Evangelio de hoy, si ese encuentro ocurriera, seguramente se llevarían muy bien. La pregunta del Dalái Lama—una que pocos cristianos llegan a formular—toca el núcleo de la fe cristiana y la profunda identidad de Jesús. Con esta base, su comprensión compartida sobre la esencia de la religión, que se refleja en la enseñanza del Evangelio de hoy, estaría en total armonía.

El Dalái Lama ha dicho: "Mi religión es muy simple: la bondad. No hay necesidad de templos ni de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, son nuestro templo; la filosofía es la bondad."

Esto podría sonar como si la religión, con sus prácticas, rituales y creencias, hubiera quedado obsoleta o pudiera ser eliminada. Ojalá fuera tan sencillo. En el siglo XX, la humanidad intentó abolir la religión dos veces y fracasó de manera desastrosa, tanto como si hubiera intentado erradicar el arte o la ciencia. En el siglo XXI, la tarea no es abolir la religión, sino renovarla.

Sin embargo, llegará un día en la ciudad santa (como dice el Libro del Apocalipsis) en el que ya no habrá templo, "porque su templo es el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero" (Apocalipsis 21:22). Hasta que llegue ese día, debemos escuchar a Jesús, quien habla en sintonía con todos los líderes religiosos dignos de ser escuchados: no entres en una iglesia, templo, mezquita o sinagoga, a menos que estés dispuesto a amar a tus enemigos.​

​Este es un extracto de Sensing God de Laurence Freeman, SPCK Publishing - distribución exclusiva para miembros de WCCM.

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